Crece la violencia contra los médicos: 3 motivos clave por los que los pacientes reaccionan mal

 Crece la violencia contra los médicos: 3 motivos clave por los que los pacientes reaccionan mal

Nota publicada en Clarín el 04/05/2025

Por  Gonzalo Herman. Foto: Francisco Loureiro

Los profesionales de la salud alertan que cada vez más personas llegan muy alteradas a las guardias y agreden, física y verbalmente, cuando no reciben la atención que buscan. Aseguran que los casos se repiten en distintos puntos del AMBA, donde el sistema no da abasto.

Demoras en la atención, turnos mal asignados desde hace meses y medicamentos que no se consiguen son tres de las principales razones por las que crecen los hechos de violencia de los pacientes contra el personal médico. La demanda es cada vez mayor, pero el sistema de salud está sobrecargado y escaso de recursos. Una combinación que, generalmente, resulta explosiva en los hospitales de la Ciudad y la Provincia. Las fuentes consultadas por Clarín coinciden en que dicha situación empeora año a año y las agresiones se producen tanto de noche como de día. Incluso, ante la presencia policial.

En otros casos, las personas que suelen perder los estribos con los trabajadores de la salud llegan intoxicadas a la guardia o sufren algún tipo trastorno mental.

Carlos Rojo, presidente de la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad, sostiene que “se naturalizó la violencia en todos los hospitales” y que ocurren “hechos todos los días”.

“Es algo terrible que está pasando, muy difícil de tratar. La gente viene a los hospitales ya irritada y no tienen tolerancia para esperar”, asegura Rojo, quien considera que “aumentaron los casos respecto al año pasado”.

El enojo de los pacientes tendría que ver, en parte, con la línea 147, para pedir turnos. “Funciona mal. Piden turno para un dermatólogo y lo mandan con un traumatólogo. O en lugar de enviarlos a un hospital cerca, los mandan lejos. Eso genera violencia”, analiza el referente de médicos municipales porteños y revela que también “se venden turnos”. “Algunos vivos piden varios turnos en varios hospitales y después lo venden”, dice.

Por su parte, Edgardo Knopoff, secretario de Prensa de Médicos Municipales y jefe del Area Programática del Hospital Piñero, coincide con Rojo: “Claramente (los hechos violentos) vienen en aumento. El sistema está colapsado. Tengo cuarenta pacientes en tres horas. Entonces, ese paciente que no es atendido y espera varias horas reacciona con violencia.”

También cuenta que debido “al bajo presupuesto”, los hospitales no cuentan con los medicamentos que la gente necesita, lo que provoca enojo en los pacientes. Y que hay poca policía en las guardias. “Tenemos las cámaras de seguridad, pero no había nadie mirando. Dicen que no hay presupuesto para personal suficiente para controlarlas”, expone Knopoff.

Y agrega: “Venimos reclamando fuerzas de seguridad en hospitales porque hay agresiones físicas y amenazas de muerte a médicos todo el tiempo.”

Según Knopoff, este año hay un descenso en el presupuesto para la compra de medicamentos de entre un 30% o 40%. “Después tengo que decidir qué medicamento comprar, y eso significa quitarle a alguien su medicamento”, describe.

Al ser consultado por Clarín, el Ministerio de Salud de la Ciudad reconoce que “los episodios de violencia en establecimientos de salud responden a una realidad social que también se manifiesta en otros ámbitos de la vida pública”.

“Este tipo de situaciones suele estar relacionado con tensiones sociales, dificultades económicas, condiciones de vulnerabilidad y, en algunos casos, con problemáticas vinculadas a la salud mental”, indica.

Ante esta situación, desde Salud sostienen que activaron las “Mesas Locales de Seguridad” en todos los hospitales públicos de la Ciudad, que se reúnen periódicamente para identificar riesgos, prevenir conflictos y coordinar respuestas rápidas frente a situaciones de violencia.

“Estas mesas están integradas por representantes del hospital (directivos, jefaturas, delegados gremiales y referentes institucionales), así también como personal del Ministerio de Seguridad, lo que permite una mirada integral y operativa del problema”, define la cartera porteña.

El problema en el GBA

El mismo panorama se repite en la Provincia, donde también ocurren casos de violencia en los hospitales y por motivos muy similares.

Una fuente del Ministerio de Salud bonaerense sostiene que “la demanda del sistema se vuelve mucho más aguda en los últimos cuatro años” y reconoce que la gente reacciona violentamente cuando no es atendida como esperan. “Para eso, tenemos el programa “Cuidar a los que cuidan”, para sostener la salud mental de los médicos”. Al mismo tiempo asegura que debido a estos hechos hay “seguridad en todos los hospitales, con policías y cámaras”.

Jorge Mazzone, presidente de Colegios de Médicos de la Provincia de Buenos Aires, sostiene que no hay registros de las agresiones en los hospitales y que estos casos son comunes. “Hace poco tuvimos un episodio en el Hospital Rossi de La Plata, donde una pacientes agarró un matafuego y lo arrojó contra el sector en el que se encontraba el personal sanitario”, recuerda.

Mazzone explica que en los hospitales existe una combinación de gente que llega a la asistencia desesperada o muy angustiada, que ellos o sus familiares se presentan, a veces, intoxicados, y que el sistema público de salud está muy lejos de tener la respuesta que le reclaman. “Falta personal médico especializado. Las vacantes no se pueden cubrir porque los sueldos son paupérrimos, de 900 mil pesos. Entonces, los médicos buscan una salida laboral por otro lado”, comenta.

Para el dirigente médico, las guardias están sobrecargadas y no hay personal para atenderlos a todos. “Un médico, hoy, para subsistir tiene que tener cinco trabajos. No hay gente para cubrir todos los puestos de trabajo, con lo cual empeora la atención y luego el paciente descarga toda su ira contra el personal médico”, apunta.

Y como posibles medidas para mejorar este escenario, Mazzone pidió “educar a la gente”, por un lado, y “legislar una ley anti-violencia contra el servidor público, con penas de cumplimiento efectivo para aquél que realice desmanes dentro de un ambiente sanitario”.

Ira contra los que cuidan

Las fuentes consultadas por Clarín explican que no hay estadísticas actualizadas sobre este tipo de hechos de violencia porque, generalmente, los médicos no los denuncian. “Prefieren no exponerse”, sostiene un profesional de un hospital público importante de la Ciudad. Esto dificulta conocer con precisión el problema y lo único que queda es la propia palabra de los médicos, quienes cuentan en primera persona las experiencias sufridas.

Martha Alvarez, jefa de enfermería en el Hospital Santa Lucía, cuenta que las causas de esta violencia son múltiples y, entre ellas, apunta a la cantidad de gente que, por la situación económica, quedó sin obra social y debe recurrir al hospital público. “A veces exigen prioridad en la atención. Y al no tenerla, se ponen agresivas”, describe y aclara que la violencia es hacia todo el personal. Y ejemplifica: “Una recepcionista fue insultada por un señor que amenazó con prender fuego el hospital porque no quería esperar para que lo atendieran.”

Otro hecho común que ocurre, según Alvarez, es cuando “el médico receta un medicamento, el paciente va a la farmacia y no lo puede comprar. Entonces vuelve enojado e insulta al médico”. Y aclara que “antes, los laboratorios dejaban muestran médicas que luego se daban a la gente, pero hoy eso ya no existe”.

Respecto a casos puntuales se encuentra el de Laura Ruibal, médica del SAME, quien sufrió varias agresiones que van desde lo verbal a lo físico. Recuerda uno que ocurrió en la estación de Once del tren Sarmiento: “Al llegar al lugar, el paciente, sin mediar palabra, empieza a pegarme patadas. Luego de eso, se bajó la bragueta y empezó a apoyar sus partes en mi pierna. No le importó que hubiera policías y un sitio público. Fue un momento horrible.”

También sufrió otro hecho en el Hospital Fernández con una persona que había llegado con un traumatismo de cráneo. “Al querer ayudarlo, para realizar los estudios, empezó con golpes de puño y a gritarme. Y lo peor es que la familia, presente en el lugar, lo justificó porque el paciente tenía problemas con el alcohol”, relata Ruibal.

Hechos que se repiten

Un caso resonante se produjo en marzo pasado en el Hospital San Roque de Gonnet, en La Plata, donde un grupo de barrabravas se peleó con otro a los tiros en el sector de Emergencias, en el que seis personas terminaron heridas, cuatro de ellas detenidas.

Ese mismo mes, una empleada de limpieza del Hospital Pedro de Elizalde, en Barracas, resultó herida al ser atacada con cuchillo luego de indicarle a una mujer que estaba fumando dentro del establecimiento, lo que se encuentra prohibido. En esa ocasión, la agresora escapó y no fue detenida.

El año pasado, en el Hospital Mercante de José C. Paz, un grupo de personas comenzó a romper parte de las instalaciones a piñas y patadas, luego de que les avisaran que no había cama para trasladar a una paciente que estaba internada y debía ser operada.

En 2023, en el Hospital Fernández, una médica de 34 años fue agredida por la hija de una paciente que murió en la guardia. Según denunció la profesional, la atacante reaccionó muy mal a la noticia, insultó a la médica e, incluso, le pegó. Le gritó que era una “asesina y mala médica”. Y la amenazó: “Te voy a demandar por mala praxis, te voy a matar”.

Ese año también se registró un ataque contra una pediatra, jefa de guardia del Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata. Ocurrió durante la madrugada, cuando la médica Mariana Lucía Cañete (49) fue agredida por la mamá de una nena que había llegado para una atención no urgente.

“La gente llega muy violenta a la guardia, con ganas de discutir”, reflexiona, a modo de conclusión, Ruibal.