Un sistema local de salud mental

 Un sistema local de salud mental

Articulado con el Área Programática, el servicio de Psicopatología y Salud Mental brinda un abordaje interdisciplinario. Hoy, ante el cambio de perfil del paciente y la mayor demanda, son necesarios nuevos dispositivos

Con noventa y tres años de antigüedad, el servicio de Psicopatología y Salud Mental del Hospital Piñero trabaja con un abordaje interdisciplinario. Además, la labor se potencia porque se articula con los diez Cesac que integran el Área Programática. Quienes forman este equipo definen su trabajo como Iniciativa Piñero, que puede resumirse como una postura ética frente a los diferentes aspectos que involucran la atención médica y la salud pública. El Dr. Fabián Allegro, jefe de este sector, explica: “No solo nos enfrentamos a la realidad de la salud mental, sino también a la social que en esta zona de la ciudad, Flores Sur frontera con el Conurbano, es muy sensible”. La Dra. Ana Palatnik, jefa de la sala Internación, enfatiza: “Somos un servicio de puertas abiertas y absolutamente respetuoso de los derechos de los pacientes. Con la ruptura de las redes, tanto familiares como sociales que se ha venido dando en los últimos tiempos, las formas de contención se fueron perdiendo, sumado al agravamiento de las patologías mentales por consumo problemático de sustancias”.

Características del servicio

 En el servicio trabajan cuarenta profesionales a los que se agregan los de los Cesac -todos disponen de equipos interdisciplinarios de salud mental-. En este sentido el Dr. Edgardo Knopoff, jefe del Área Programática del Piñero y secretario de Prensa de la AMM, explica: “Trabajamos articuladamente con el hospital no solo en lo asistencial sino, también, en el análisis de los casos, que suelen ser muy complejos. Con lo cual formamos un conjunto profesional muy amplio de más de doscientas personas, a los que se suman veintiocho residentes”. El año pasado se realizaron 49 700 consultas ambulatorias en el hospital, más 45 300 en los Cesac y más de setecientas en la Guardia. Por otra parte, existen veinticuatro camas de internación. “Están constantemente ocupadas; el promedio de permanencia es de cuarenta y dos días. Acá trabajan psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, psicoterapistas, terapistas ocupacionales. Además, interactuamos a diario con Clínica Médica y Obstetricia, aunque también nos vinculamos con las demás especialidades. Con el Área Programática existe una interrelación a través de un programa que llamamos de pacientes protegidos, por el cual se derivan desde el primer nivel al segundo de una manera bastante ágil”, describe Allegro. Contar en un hospital general con un servicio de salud mental en donde se internan pacientes con otros diagnósticos clínicos genera una gran demanda y a la vez permite un abordaje integral, en el que por ejemplo, existe la posibilidad de atender embarazadas y puérperas. Es el único hospital que dispone de salas de internación de psiquiatría, obstetricia y neonatología. “Garantizamos el derecho de vinculación de las mamás con sus hijos, y eso no se da en otro servicio de salud mental”, se enorgullece Palatnik. Si bien no existe en la estructura un hospital de día, sí se organizan una gran cantidad de actividades grupales y espacios de socialización donde los pacientes permanecen a lo largo de la jornada. Es un servicio mucho más abarcativo que la internación, trabaja de forma interdisciplinaria en psiquiatría, psicología y trabajo social. Cuenta con guardia y consultorios externos, tanto de adultos como de niños”, detallan Knopoff.

Casos cada vez más graves

 Los casos que se atienden son cada vez más graves, signados muchas veces por la violencia. En este sentido, el Dr. Knopoff señala: “Nos preocupa la infraestructura del sector, que no está preparada en relación a la especificidad de los casos que se atienden. Además, la pandemia de COVID-19 trajo nuevos desafíos y más requerimientos”. Casi la totalidad de los internados presenta consumo problemático de sustancias, lo que derivó en la incorporación de toxicólogos. “Transitar los momentos de abstinencias es muy difícil, genera violencia y la presencia de consignas policiales. Muchos de los internados tienen una causa penal o contravencional, lo que dificulta la externación. Los médicos tenemos un trabajo totalmente invisibilizado, que es la cuestión médico-legal que lleva mucho tiempo. Hemos tenido que aprender a defender los derechos de los pacientes en fiscalías, juzgados, en la Justicia Civil como garantes y contralores”, agrega Palatnik. En los últimos años aumentaron los pedidos de internación de adolescentes, situación para la que el Hospital Piñero no está preparado. “Hemos tratado de adaptar algunas de las cuestiones hospitalarias para poder alojarlos, pero hacen falta acompañantes hospitalarios, o sea que estamos internando adolescentes en un servicio de adultos. Necesitaríamos un sector y un equipo específico.

Surgió una nueva necesidad a la que damos respuesta de la manera en que podemos, pero no estamos en condiciones ni arquitectónicas ni profesionales. También, es preciso alguna adaptación de la nueva Guardia para que los pacientes de salud mental estén en condiciones adecuadas a sus patologías”, subraya el secretario de Prensa de la AMM. “Hay mucha presión para que los pacientes no queden en la Guardia, pero al mismo tiempo no hay una propuesta de externación orgánica de casas de medio camino, otros recursos, ni acompañantes terapéuticos. Todo eso no existe”, expresa Palatnik. Se añade un problema extra, recientemente desde la Red de Salud Mental exigen que el paciente permanezca internado no más de 48 horas en guardia externa. “Para eso, son necesarios una serie de dispositivos que si bien están contemplados en la Ley 448, no están creados en el sistema público de salud”, concluyen los profesionales.

“En salud mental, la pandemia de COVID-19 trajo nuevos desafíos y más requerimientos”


FORMADORES DE ESPECIALISTAS

 El servicio cuenta con una residencia muy importante que generalmente agota sus cupos. Son veintiocho jóvenes a los que se suman los que rotan. Asimismo, se dicta la Carrera de Especialista en Psiquiatría de la UBA. “También, hay pasantías de la Facultad de Psicología de siete cátedras, y convenios con otras universidades. Además, los cursos de formación y los ateneos. Pertenecemos a la UDH de la UBA, anualmente hay entre cuarenta y cincuenta alumnos de cada rotación, dos en salud mental, una en psicología y otras disciplinas como musicoterapia, terapia ocupacional, trabajo social”, detalla el Dr. Fabián Allegro.