“En el arte del teatro hay mucho del arte de la medicina”

 “En el arte del teatro hay mucho del arte de la medicina”

Médico pediatra del Hospital Durand, se formó en actuación con maestros como Guerberof y Briski; entiende la sensibilidad del actor y del médico como tareas complementarias.

Durante mi adolescencia resultaba difícil encontrar lugares de expresión en plena dictadura, pero conocí a Miguel Guerberof, gran actor y maestro, y en el sótano del viejo Teatro Lasalle me incorporé a sus talleres. Muchos de los que fueron mis compañeros, se dedican hoy al arte dramático: Luis Ziembrowski, Jorge Blanco, Andrea Politi, Diego Kogan, Diego Cosin, Sandra Somonte, Gabriela Fridman, Facundo Ramírez, entre otros. También impactó mucho en mí Teatro Abierto, allí conocí enormes figuras; entendí que en el teatro independiente estaba el tipo de desarrollo que me interesaba. Durante mis estudios universitarios continué ligado a la actividad teatral y me incorporé a Calibán, la escuela de Norman Briski.

Me considero parte (pequeña pero parte al fin) de una comunidad que entiende la sensibilidad de ambas tareas como complementarias. Si tengo que nombrar a mis referentes, sin duda, Julio Taiher y Eduardo “Tato” Pavlovsky son los que con más énfasis vincularon el teatro con la medicina. Julio era además un gran pediatra y un médico municipal reconocido. También Florencio Escardó fue autor de guiones de cine y teatro, y de tangos. No sé si llamarlo paralelismo pero en el arte del teatro hay mucho del arte de la medicina. La trascendencia de lo teatral está en la comprensión de la dimensión de lo humano. Lo teatral nos acerca a las emociones y las emociones son motores de las conductas. Emociones y conductas son parte de aquello a lo que debemos estar atentos quienes ejercemos la medicina.

No para mí. Siempre considere a la actuación como una profesión. Sin embargo, el teatro sana. En ese sentido, las experiencias de Tato Pavlovsky y los grupos de dramatización son un camino que lo demuestra.

Me gusta actuar. En cine y en algunas series me han convocado para interpretar médicos porque ven que resuelvo rápido la distancia entre el rol y el actor. Pero mi tarea actoral no es actuar de médico sino de ese médico que está en la escena.

Adrián Gindín inició sus estudios de teatro con Miguel Guerberof en 1981 e hizo bajo su dirección sus primeros papeles en el Teatro Payró. En 1986, participó del I Encuentro de Teatro Universitario realizado en la Facultad de Derecho. En 1993, ingresó a Calibán, donde se formó como actor y director con Norman Briski. Desde entonces fue parte de diversos elencos teatrales. En 2017, participó como protagonista del cortometraje Woda, proyectado entre otros festivales en Cannes. Actuó en diferentes series y largometrajes y tuvo breves intervenciones en TV. Este año, será asistente de dirección en 90 grados de Lisi Dikof y en Peste Blanca interpretará uno de los papeles principales.